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  • Writer's pictureAnna-Emilia Hietanen

¿Educación es cómo biclicleta? – un modelo finlandés para educación en el cambio climático

En marzo, tuve el privilegio de apoyar a la Embajada de Finlandia en México en la organización y la moderación del Seminario virtual: “Educación Ambiental en la Educación Básica – Diálogos entre Finlandia y México”. Tanto los ponentes finlandeses como los comentaristas mexicanos tuvieron puntos muy interesantes e importantes, y para mí personalmente, fue además un gusto de poder compartir con docentes mexicanos experiencias en un taller que impartí en el marco del seminario.


Para quienes no pudieron participar en el evento, me gustaría comentar algunos puntos de los especialistas finlandeses, por lo que voy a escribir un serie de artículos sobre los temas vistos en el seminario.


En el seminario, Dra. Hannele Cantell presentó un modelo muy interesante para la educación de cambio climático que ha desarrollado con sus colegas. El modelo muestra muy bien por qué enfocar únicamente mejorar los conocimientos no es suficiente en la educación en el cambio climático – y yo diría que este principio se aplica más generalmente en la educación ambiental. Conocimientos correctos, por supuesto, son muy fundamentales, pero no bastan – las personas, como sabemos, pueden tener mucha información y aún así no actuar de acuerdo a esa información.





Dra. Cantell y sus colegas señalan que como en bicicleta, también en educación en cambio climático, es importante que todas las partes del sistema trabajan juntas. Además, se espera que una bicicleta se puede mover y no solamente quedarse estancada e inmóvil.


En el modelo de la Dra. Cantell y sus colegas, los conocimientos y las habilidades de pensamiento crítico forman las ruedas. Los conocimientos multidisciplinarios por sí solo no bastan, hay que saber utilizarlos de forma crítica para construir nuevos entendimientos.


Pero una bicicleta no funciona solamente con ruedas. En este modelo educativo la identidad, visión del mundo y los valores que funcionan como el marco para los nuevos conocimientos y habilidades. El cambio climático es un problema complejo y existen conflictos de valores entorno a él. Es importante discutir sobre estos valores, pero también tomar en cuenta que en cada salón de clases el alumnado tiene diferentes experiencias y entornos familiares. También hay que cuestionar los hábitos de consumo y ofrecer a estudiantes modelos y soluciones para tomar acciones.


Para mover a la bicicleta, es necesario tomar acción. Para mitigar el cambio climático, es muy importante que los conocimientos llevan a actuar. En este modelo de educación ambiental, los pedales y las cadenas de la bicicleta representan justo a este aspecto: acciones para mitigar el cambio climático en nivel cotidiano. Hasta aprendices muy jóvenes pueden tomar acciones positivas, si se les guía y anima adecuadamente. Mientras más grandes son las y los aprendices, más posibilidades de actuar pueden tener. Si bien los hábitos de consumo, reciclaje y reuso son importantes, Cantell y sus colegas señalan que habría que pensar, modelar y practicar también en otro tipo de acciones. ¿Qué más podemos hacer, en nivel individual, comunitaria o de la sociedad? Dado que las necesidades de cambio no son los mismos en todas las regiones y comunidades, ¿cómo podemos reconocer las áreas de acción más importantes en nuestro entorno o comunidad y cómo podemos motivar a las personas actuar tomar acciones en estas áreas?


El asiento representa la persona que sube a la bicicleta, su motivación y participación. Alguien necesita manejar la bicicleta. Para que la educación en el cambio climático sea motivante, no se debe presentar al cambio climático como algo distante y difícil de entender. Hay que discutir de las múltiples formas de poder tomar acciones e influir y ofrecer a estudiantes experiencias positivas sobre poder participar en la mitigación del cambio climático. Por ejemplo las direcciones de las escuelas pueden tomar decisiones estructurales que ayudan a las escuelas contribuir más en el desarrollo sostenible y dar más espacios de acción al estudiantado.


Los frenos en este modelo representan a las diferentes obstáculos para que las personas tomen acciones. Pueden ser personales: no querer salir de la zona de confort, hábitos, tener prisa etc. Pero puede haber también obstáculos más sociales: por ejemplo, la burocracia puede dificultar las acciones positivas, los precios e impuestos de productos pueden dirigir más a las elecciones de consumo que cuestiones relacionados al impacto ambiental… Puede haber también obstáculos psicosociales, como negación de la existencia del problema, las normas sociales o la inseguridad sobre las propias posibilidades de tomar acciones significativas. Para que la educación en el cambio climático pueda tener mayor impacto, debe ser consciente de estos obstáculos y buscar trabajar con ellos.


La luz de la bicicleta es la esperanza y otras emociones. El cambio climático puede causar emociones negativas, como tristeza, angustia y miedo. Este tipo de emociones pueden llevar a la indeferencia o apatía. Trabajar con las emociones es importante en toda la educación. La educación para el cambio climático, de acuerdo a la Dra. Cantell y sus colegas, debería fomentar la esperanza. Pero es importante distinguir entre la esperanza y el optimismo no sustentado. El optimismo puede causar apatía, si pensamos que “todo se va a arreglar” y no necesitamos hacer nada. La esperanza realista toma en cuenta las dificultades que existen, pero plantea que podemos encontrar soluciones a los problemas.


Finalmente, la Dra. Cantell señaló que el manillar de la bicicleta en este modelo educativo representa la orientación al futuro. Educación para el futuro es una parte importante en educar en el cambio climático. Tenemos que pensar cómo podemos analizar y reflexionar sobre el futuro de una manera crítica, pero también positiva. Orientar la educación ambiental hacia el futuro incluye practicar la toma de decisiones aun en situaciones en que no podemos estar completamente seguros que la decisión va a ser la correcta.


¿Qué les parece el modelo bicicleta para la educación en cambio climático? Aunque es desarrollado por la Dra. Cantell y sus colegas para educar sobre el cambio climático, me parece que presenta elementos que deberíamos tomar en cuenta en la educación ambiental más generalmente.


Si ves el modelo, ¿en qué áreas de educación ambiental te enfocas más? ¿Hay algún área o áreas que podrías tomar más en cuenta al enseñar temas ambientales, y cómo los podrías incorporar más en tu trabajo docente? ¡Me encantaría conocer sus opiniones!

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