“Lo que se aprende sin alegría, sin pena se olvida”.
- Dicho finlandés
El 1 de agosto se festeja el Día Internacional de la Alegría en varios países, y aunque el “aprendizaje” tal vez no es la primera palabra que llega en la mente cuando hablamos de la alegría, esta emoción se debería celebrar también en las escuelas. En realidad, todos los días deberían ser días para sentir la alegría de aprendizaje.
En Finlandia, tomamos la alegría de aprendizaje muy en serio. La alegría (ilo) está incluso mencionado varias veces en el Currículo Nacional de la Educación Básica. Y no es por nada: las investigaciones muestran que cuando sentimos emociones positivas y nos da gusto, mientras aprendemos y descubrimos cosas nuevas, aprendemos mejor. La alegría de aprender algo genera mayor motivación y más perseverancia para que lleguemos a nuestros objetivos, apoya los aprendizajes significativos y nos entusiasma.
Aunque la alegría de aprendizaje no se puede forzar, hay diferentes formas en que la podemos apoyar. En las escuelas, una forma de fomentar la alegría de aprender es diseñar ambientes de aprendizaje – tanto físicos como socio-emocionales – que dan espacio para la alegría.
La autonomía, la posibilidad de participar en la toma de decisiones y en elegir cómo aprender, compartir logros, reconocer las propias fortalezas y poderlas usar y desarrollar y tener el sentido de pertenencia son elementos que pueden apoyar la alegría de aprender. Prisas, presiones, enfocarse demasiado en castigos o premios (como calificaciones) y el miedo de equivocarse, por su parte, son factores que suelen matar la alegría en el proceso de aprendizaje.
Además de buscar crear un ambiente de aprendizaje en que el estudiantado se sienta seguro y libre, podemos usar diferentes métodos de enseñanza que fomentan la participación, motivación y sensación de tener logros individuales y compartidos. La variedad de métodos es importante, ya que evita la monotonía y permite que atender diferentes estilos y preferencias de aprendizaje. Los métodos que incorporan el juego o elementos de juego pueden ser muy efectivos en promover la alegría de aprendizaje. Cuando jugamos, podemos practicar habilidades y conocimientos sin sentir tanta presión por no equivocarnos. Cuando aprendimos jugando, podemos incluso llegar a olvidar que estamos aprendiendo.
Los métodos activos y lúdicos de enseñanza son una forma de fomentar la alegría de aprender e incorporar también elementos de juego y la diversión en el aprendizaje. Son métodos que incorporan por ejemplo juego, actividad física, diferentes formas de arte, investigación y simulaciones en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Porque claro, podemos enseñar por ejemplo matemáticas o español poniendo a los niños y niñas a copiar cosas de sus libros de texto. O podemos enseñar lo mismo a través de una actividad que los hace reír, moverse y compartir con sus compañeros. (¿Saben qué es lo mejor? Este tipo de métodos sirven para todas las edades, incluyendo estudiantes adultos.)
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¿Tú, cómo fomentas la alegría en tus clases? ¿Qué métodos de enseñanza te han ayudado a generar emociones positivas en tus clases?
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